domingo, 29 de marzo de 2009

Nada que decir... pero si ha de decirse, se dice

El tiempo no es una realidad objetiva. Nada ha sucedido; nunca jamás. Este es el chiste de la historia del mundo. Todo lo que se dice acerca del mundo es una interpretación subjetiva.

jueves, 26 de marzo de 2009

¿Sería razonable legalizar en determinadas circunstancias la necrofilia y el canibalismo?

Para mí es obvio que en determinadas circunstancias sí sería razonable. Si nos dejamos llevar por los prejuicios naturalmente que todo esto parecerá un disparate, pero si analizamos estos temas con fría neutralidad, valiéndonos de una racionalidad imperturbable, podremos captar algunos matices diferentes. Armados con la razón podemos mirar directamente a los ojos de estas desviaciones, sin perder la compostura ante el horror desatado por nuestros prejuicios.

Llamaré desviaciones tanto a la necrofilia como al canibalismo (usando el término desviación con una intención estadística -se desvía de lo estadísticamente normal en la población- y no con connotaciones prejuiciosas).

Creer que la necrofilia o el canibalismo son tabús acerca de los cuales no hay margen para debatir, es una creencia no sólo prejuiciosa, sino que tiene la misma poca importancia racional que las creencias religiosas: es un asunto de fe, entendida la palabra fe en este caso como creencia irracional. O sea, llamo fe a las creencias que no se sostienen por argumentos racionales, sino por otros motivos (religiosos, emocionales, prejuicios culturales, etc).

¿Qué tenemos contra la necrofilia? Generalmente lo primero que nos sucede es que nos da asco (en realidad el asco no es un argumento racional). Pero imaginemos que existen personas a las que no les da asco rozarse con cadáveres. ¿Podemos negarles que sigan sus inclinaciones? En la práctica sí: nuestras mentes buscarán justificaciones para frenar esas acciones "saturadas de horror". Nuestra mente sugerirá que es una falta de respeto a la persona fallecida; que la persona fallecida al no poder dar su consentimiento estaría, en cierto modo, siendo violada "póstumamente".

Bien, lo anterior es comprensible. Pero supongamos el caso de que una persona en posesión de sus facultades mentales normales (descartamos a los deficientes mentales, a los psicóticos, etc) decidiera donar su cuerpo cuando fallezca. Hay quienes donan su cuerpo a la ciencia (habitualmente a las facultades de medicina). ¿Y si alguien deseara donar su fallecido cuerpo a un necrófilo o a un club de necrófilos? Imaginemos ese caso. Muchos dirían que sólo una persona loca podría hacer eso. Pero es erróneo descartar con la etiqueta "locura" aquello que desafía nuestros prejuicios.

¿Qué motivos tendría una persona sana para donar su cuerpo a un club de necrófilos? Ciertamente se me ocurren varios: para hacer un último chiste; para desafiar a aquellos criticones que pretenden prohibir todo aquello que no concuerda con sus prejuicios; por amor a algún necrófilo conocido que hubiera salido "a tiempo" del armario de los necrófilos (jejeje); incluso por un mero capricho. Después de todo, ¿acaso no cabe dudar también del estado mental de aquellos que se vuelcan con otros sucesos más admitidos? Por ejemplo, ¿acaso no podemos dudar del estado mental de quienes se privan de placeres por miedo a un más allá infernal tras la muerte, o por deseo de una recompensa de paraíso celestial? Quizás podemos dudar del estado mental de tales personas (que son millones y millones), pero eso serían también prejuicios. Y me parece más generoso permitir a estas personas ("religiosas") privarse de placeres por creencias determinadas: tienen derecho a hacer lo que quieran con sus vidas, incluso a ser masoquistas pasivos (eso es privarse del placer). Del mismo modo, los necrófilos también tienen derecho a hacer lo que quieran con sus vidas siempre que no se entrometan en la vida de nadie sin previo consentimiento. Y si un "alma" generosa se ofrece a donar su cuerpo para la causa, una vez haya fallecido... ¿dónde estaría el problema aparte de en los prejuicios culturales? ¡Pues eso!

Por otro lado la necrofilia ofrece un surtido de variedades y, como cualquier otra práctica, algunas de ellas más suaves: la atracción sexual hacia un cadáver recien fallecido, por ejemplo. De hecho esto no es algo tan lejano a algunas personas. Imagina a la actriz que más te guste físicamente. ¿Sentirías alguna excitación, por pequeña que sea, si ella aceptara tener sexo contigo estando dormida? (por ejemplo, ella podría tener ese capricho, de drogarse y que alguien la poseyera, y te ofreciera ser tú el elegido). Bien, pues si eso te excita lo más mínimo, esa imagen tiene un pequeño punto de contacto con la necrofilia. La misma actriz recién fallecida sería una situación semejante, incluso en la temperatura del cuerpo (que a continuación iría descendiendo); diferirían ante todo en la falta de respiración.

Otro tipo de necrofilia es sentir excitación sexual ante una mano de muerto (o cualquier parte del esqueleto), o al pensar en ello. En fin, lo que está claro es que en una pareja necrófila, la persona muerta nunca va a experimentar ningún dolor ni trauma. Y la persona viva es el necrófilo: él sabrá lo que hace...

Por otro lado existe la necrofilia "light", por ejemplo aquellas personas que sienten excitación ante la muerte o la violencia, incluida la que ven en las películas, videojuegos, etc. Millones de personas son necrófilos "light" sin saberlo o haberlo pensado seriamente...

Con el canibalismo también hay muchos prejuicios. Supongamos también el caso de que una persona con la posesión normal de sus capacidades mentales dona su cuerpo (cuando muera) a un club de necrófilos, pero pide como condición que después de mantener relaciones sexuales, se lo coman. O dona su cuerpo directamente a un club de caníbales. ¿Los motivos? Esta persona los sabrá... eso es algo íntimo. Quizás quiera contribuir con su cuerpo fallecido a alimentar al mundo, incorporándose a otras personas. Esto no me parece más ni menos horroroso que la donación de órganos, que viene a ser lo mismo. El matiz es que donar órganos tiene una función utilitaria, mientras que ofrecer el cuerpo como alimento más bien es una donación por placer (excepto si retrocediéramos a las épocas de escasez de alimentos). Sin embargo, ¿qué hay de malo en que haya una motivación de placer? Con la homosexualidad y la heterosexualidad hay una relación semejante: la heterosexualidad es más "utilitaria" (considerando la reproducción como algo "útil") mientras que la homosexualidad podría motivarse a menudo por un deseo de placer (dejemos el amor aparte, como cuestión semi-religiosa jejeje... o de lo contrario tendré que escandalizar diciendo que también hay amor en las relaciones caníbales y necrófilas).

Sospecho que el canibalismo y la necrofilia se prohíben no por argumentos racionales, sino por mera repugnancia irracional. Y la repugnancia no es un motivo racional que justifique el prohibir a los necrófilos y a los caníbales que hagan sus vidas como prefieran, siempre y cuando no dañen a nadie sin previo consentimiento.

Hay mucha más tela que cortar, pero lo voy a dejar casi aquí. Sólo mencionaré un par de cosas más. Imaginemos que alguien (siempre hablo de alguien en posesión de sus facultades mentales normales) dona su mano a un caníbal, no tras la muerte sino en vida. La mayor parte de la sociedad protestaría con horror, pero eso son prejuicios, ¿qué argumento racional hay para prohibir a dos personas que deciden cortarse y compartir sus respectivas manos? (Lo mismo podría hacerlo una sola persona: un caníbal cortándose y cocinando su propia mano, lo cual suena a incesto caníbal, pero tampoco veo nada malo contra el incesto, prejuicios aparte). El prejuicio proviene quizás en parte de que nos ponemos en su lugar; y nos duele pensar en que fuese nuestra mano. Pero si esa persona tiene otra idea al respecto... y tratándose de su mano, de su propio cuerpo... ¿por qué tenemos que meter nuestras narices en su vida? Y lo mismo me vale cuando metemos nuestras narices a la hora de prohibir el tabaco (salvo que el motivo sea el humo, ya que eso sí nos afectaría) o las drogas, o el nudismo, o cualquier actividad donde uno haga algo sin dañar a otros (¡al menos sin previo consentimiento!), incluso si uno decide dañarse a sí mismo (como sucede al fumar).

Conclusión: la mía ya la sabéis. La vuestra...

lunes, 23 de marzo de 2009

Alien y Predator jugando al billar y al ajedrez



Me han hecho gracia estas imágenes. Los dos monstruitos, Alien y Predator, en plan juguetón, jugando tranquilamente al billar y al ajedrez. Visto en: Mangas Verdes